Laboratorio de personajes: ¡puedes cambiar tus hábitos!
Nota del editor: este artículo es parte de una asociación con Character Lab, cofundada porArenaLa autora y “genio” de MacArthur, Angela Duckworth.
Mi esposa, Michelle, bajó las escaleras con los ojos cansados. Tenía todo el derecho a sentirse enojada.
Soy una persona mañanera y ella es una ave nocturna, así que todos los días me despierto antes que ella. Mientras realizo mi rutina matutina en la cocina, agarrando sartenes, tazones y cucharas, tiendo a cerrar de golpe las puertas de los gabinetes.
Al principio, ni siquiera me di cuenta de que estaba haciendo ruido, y cuando Michelle me lo hizo notar, inmediatamente resolví dejar de hacerlo. Pero a la mañana siguiente, mientras me apresuraba a salir por la puerta para dar una clase a las 8 am, lo olvidé por completo. Los días siguientes fueron heterogéneos. A veces me acordaba de cerrar delicadamente todos los armarios. Pero la mayoría de las veces se me olvidaba.
Estaba decepcionado de mí mismo. ¿Por qué seguí entendiéndolo mal? ¿Simplemente no me importó lo suficiente?
Las investigaciones muestran que a menudo subestimamos hasta qué punto nuestro comportamiento está impulsado por el hábito. Este error de juicio es especialmente probable en Estados Unidos, donde nuestra cultura individualista enfatiza la agencia personal. En cambio, tendemos a interpretar las acciones como intencionales. Pero en un mundo donde gran parte de nuestro comportamiento ocurre en piloto automático, esa creencia puede llevar a discusiones y herir sentimientos.
Después de que accidentalmente desperté a Michelle temprano una vez más, nos dimos cuenta de que contar conmigo para cambiar mágicamente mi comportamiento no estaba funcionando. Así que imprimimos un montón de fotografías de tortugas bebés y las pegamos con cinta adhesiva en las paredes del gabinete. A partir de ese día, cada vez que estaba a punto de cerrar los gabinetes de golpe, recordaba que debía cerrarlos con el ritmo lento y suave de una tortuga recién nacida.
No asuma que las personas actúan intencionalmente o incluso descuidadamente.
Haga una pausa y considere si su hijo o estudiante (¡o su cónyuge!) podría estar haciendo algo por costumbre, a pesar de sus mejores intenciones. Luego hablen sobre ello y juntos podrán idear un ajuste que indique un cambio de comportamiento. ¿Cuál podría ser tu propia versión de una foto de una tortuga bebé?
Con gratitud,
asaf
Asaf Mazar es investigador postdoctoral en la Wharton School de la Universidad de Pensilvania.
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